La Asociación Internacional Iberoamericana de Literatura y Ecocrítica celebrará su congreso internacional de literatura y ecocrítica en su edición 2017 en Alicante. La temática sobre la que se hablará desde el día 19 al 21 de junio de 2017 es “De animales y hombres: fronteras entre lo humano y lo animal”.

Las fronteras entre lo humano y lo animal aparecen con frecuencia desdibujadas en todas las culturas a través de sus manifestaciones artísticas, ya sea atribuyendo a los humanos comportamientos animales (como los berserker nórdicos) o a los animales comportamientos humanos (al modo de los animales de las Fábulas de Esopo), ya sea presentando seres mitológicos a medio camino entre unos y otros (la esfinge griega, el licántropo europeo, los hombres leopardo africanos o el tengu japonés, entre otros).

Sin embargo, no es hasta el siglo XIX cuando los filósofos empiezan a reflexionar profundamente sobre la exactitud de la distinción taxonómica entre humanos y animales. Por ejemplo, Jeremy Bentham afirmaba que sólo un tirano podría olvidar que compartimos con los animales la capacidad de sufrir. Algunos líderes religiosos también han opinado abiertamente sobre la cuestión en las últimas décadas, recordándonos que los animales tienen la capacidad de sufrir (el actual Dalai Lama) o incluso la posible existencia de un alma animal (Juan Pablo II).  En el otro extremo, autores como Michael P.T. Leahy consideran este tipo de posicionamientos como muestra de un errado antropomorfismo que atribuye a los animales rasgos exclusivamente humanos como el deseo de libertad o la búsqueda de la felicidad.

En su clásico ensayo Animal Liberation, Peter Singer concluye que, al igual que las mujeres o los negros africanos han sido maltratados sobre la base de diferencias fisiológicas moralmente irrelevantes, los animales han caído también en el lado erróneo de una supuesta “línea infranqueable” que separa a los seres que tienen importancia del resto. Sin embargo, a diferencia de los colectivos feministas o étnicos, que con el tiempo han podido construir un discurso propio y reivindicar su alteridad, el animal no puede erigirse en sujeto enunciador de su propia identidad.

Este congreso se ocupará de las derivaciones científicas, literarias y artísticas que presenta el límite entre lo humano y lo animal. Un ejercicio así ha de convocar a numerosas disciplinas de interés para la ecocrítica actual como la filosofía, la arquitectura, las ciencias sociales y del comportamiento, la biología o la lingüística.

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Benito Elías García Valero