Autores
Amelia Gamoneda
Palabras clave
no representacional, memoria, pensamiento poético, cognitivismo, emergencia, enacción

18 diciembre, 2011

Cita

“Un recuerdo no es una representación, sino que refleja la manera por la que el cerebro ha modificado su dinámica de manera que permita la repetición de un acto. En un cerebro complejo, la memoria resulta de la correspondencia selectiva entre la actividad neuronal dispersada y constante y las señales variadas que provienen del mundo, del cuerpo y del cerebro mismo. Las alteraciones sinápticas que se producen entonces afectan a las respuestas futuras del cerebro individual frente a señales idénticas o diferentes. Esos cambios se reflejan en la aptitud para repetir un acto físico o mental al cabo de cierto tiempo, aunque el contexto haya cambiado (…)”.

Gerald M. Edelman y Giulio Tononi: Comment la matière devient consciente, Odile Jacob, Paris, 2000, pp. 116.

“La cognición (…) no es la resolución de problemas por medio de representaciones, sino más bien un hacer-sugir creador de un mundo, con la única condición de que sea operativo: debe garantizar la perennidad del sistema en juego.”

Francisco Varela: Invitation aux sciences cognitives, Seuil, Paris, 1989, pp. 111-112

Glosa

Neurocientíficos y cognitivistas ponen en duda la naturaleza representacional de las actividades del cerebro. En este sentido, certifican la crítica de la representación efectuada con anterioridad por la filosofía (Heidegger, Merleau-Ponty, Foucault). La Teoría de la selección de los grupos neuronales (TSGN) de Edelman no reconoce los recuerdos como representaciones almacenadas en forma de código en los circuitos sinápticos, sino como cambios sinápticos que, aunque mueran las células o cambien los contextos, pueden ser asumidos por algún circuito de manera que se genere la repetición.

Por su parte, Varela lleva a cabo una crítica de las posiciones cognitivistas que conciben la cognición como una computación de representaciones simbólicas regida por reglas. Más cercano a la corriente llamada “Emergencia” o conexionista, ve el sistema cognitivo como una cooperación global de constituyentes neuronales con propiedades de auto-organización; los esquemas globales que emergen de tal cooperación son inestables y contextuales. Varela recala finalmente en la posición cognitivista conocida como “Enacción”, que supone una crítica aún más radical de la representación, desplazándola de su papel central hasta el momento en los procesos de cognición: el mundo no está predefinido, y por lo tanto no puede ser objeto de representación más que en un sentido pragmático; lo que hay es una especificación recíproca entre sujeto y objeto, de modo que “el cerebro es un órgano que construye mundos en lugar de reflejarlos”, con tal de que éstos sean operativos para el sujeto y viables dentro de una temporalidad (que puede ser filogenética u ontogenética).

La convergencia de las posiciones neurocientíficas y de las ciencias cognitivas en torno a lo no representacional del conocimiento llama la atención. El lenguaje y sus capacidades simbólicas quedan incluidos en procesos cognitivos de orden mucho más global, y la organización simbólica se ve sumida en una dinámica de procesos auto-organizativos que recuerdan mucho más a movimientos de tanteo constitutivos del lenguaje que al ejercicio del mismo a través de las lenguas naturales definidas. Puestos en esta perspectiva, el lenguaje poético se perfila como campo de experiencia de una cognición emergente y auto-organizada. Y parece necesario revitalizar nociones semióticas como la signifiance y estudiar sus confluencias con otras como el blending -procedente de la poética cognitiva- para reconocer en la poesía un tipo de procesos que está en la base de toda cognición.