Autores
Pedro Serra
Palabras clave
creencias, instintos, lenguaje, Donald Davidson, Alberto Caeiro, Fernando Pessoa

20 febrero, 2012

Cita

“Porque só sou essa coisa odiosa, um intérprete da Natureza;

Porque há homens que não percebem a sua linguagem, /

Por ela não ser linguagem nenhuma”.

Alberto Caeiro/Fernando Pessoa

Glosa

Donald Davidson argumentó sobre lo problemático de hacer coincidir ‘creencias’ e ‘instintos y mecanismos de supervivenvia’. En Subjective, Intersubjective, Objective (Oxford, OUP, 2001), Davidson plantea que la noción de ‘creencia’ obsta a una semejante identificación. Tener una ‘creencia’ no se reduce o resume a la discriminación del mundo ni al comportamiento adaptativo (cf. 2001: 209). Así, “[t]ener una creencia exige, además, apreciar el contraste entre creencias falsas y creencias verdaderas, entre ilusiones y realidad” (idem: ibídem; yo traduzco). Ello conlleva que la adaptabilidad del hombre al medio –rasgo que comparte con otros seres vivos– sea determinada por una particularidad diferencial. Del mismo modo, la capacidad humana para discriminar aspectos del mundo es, también, distinta a la del mundo biológico no humano. El ejemplo facilitado por Davidson es el del girasol, orientándose hacia el sol o hacia una lámpara artificial. Si acaso un girasol se orienta –así se lo determina su ‘instinto de supervivencia’, su heliotropía, su capacidad de discriminar aspectos de la naturaleza– hacia una lámpara eléctrica, no diremos que el acto supone error o falsa creencia. Sí lo sería en el caso de un humano. Lo peculiar humano, claro está, es el lenguaje, cuerpo de reglas y convenciones que modulan un proceso de aprendizaje sin que de él se distingan. Por otras palabras, no hay ‘creencias’ sin lenguaje, es decir, sin un dispositivo intersubjetivo, un dispositivo interactivo que no dispensa valoración y verdad (capacidad para distinguir ilusión/realidad o verdad/falsedad). Todo ello sobre la base, claro está, de que el lenguaje no es naturaleza. Ni la naturaleza es un lenguaje, ni el lenguaje es naturaleza, ni el lenguaje es lenguaje alguno.